Medellín: puerta al pasado.
Pasear entre las ruinas y monumentos de Medellín no es simple turismo, no consiste en completar una agenda o crear un álbum de fotos. En Medellín, la historia sale al encuentro del visitante, tímida, serenamente, y le invita a participar de ella, no a ser un testigo pasajero. Hay algo especial en el modo en que esta villa se relaciona con su entorno, algo que habla acerca del pasado que no volverá, de los vestigios de hombres y mujeres largo tiempo olvidados, algo que reclama del turista una participación activa, como si de él esperase que completara con su imaginación, con sus sentimientos, los grandes huecos que, pese a su antaño nutrido patrimonio, la historia ha dejado en Medellín.
Apuntes históricos.
Poblado desde tiempos remotos, el vado sobre el Guadiana que ocupa Medellín siempre fue objeto de codicia estratégica. Gracias a ello es posible afirmar que esta localidad representa uno de los asentamientos ininterrumpidos más antiguos de la Península Ibérica. Una completa necrópolis, datada en el siglo VI a.C., testimonia la importancia socio-económica desarrollada por la ciudad ubicada en este entorno. Conisturgis era su nombre, población de ascendiente túrdulo muy vinculada al reino de Tartessos, a través de cuyos puertos, en la actual provincia de Cádiz, viajaron hasta estas tierras varios objetos importados desde el Mediterráneo Oriental.
Andando el tiempo llegaron las legiones romanas, asimilando la desarrollada estructura política y urbanística de Conisturgis. En virtud de ello se fundó Metellinum (79 a.C.), nombre asignado en honor a su promotor, el cónsul Quintus Caecilius Metello, general romano protagonista de las guerras sertorianas.
La presencia visigoda se hizo notar merced a la influencia irradiada desde Mérida, como lo prueban diversos restos epigráficos y la necrópolis hallada al sur de la actual población. Durante la dominación musulmana se mantuvo la importancia estratégica, levantándose la primera fortaleza conocida en Medellín.
En 1234, esta localidad se conquistó en el curso de las victoriosas campañas de Fernando III. El Maestre de la Orden de Alcántara y el Obispo de Plasencia fueron personajes destacados en las operaciones, razón por la cual Medellín se integró en la diócesis placentina mientras que la Orden de Alcántara recibió el territorio conquistado en la vecina comarca de La Serena. Otra consecuencia de aquellas campañas fue la delimitación de los territorios entre las Órdenes de Alcántara y Santiago, separados por la Comunidad de Villa y Tierra de Realengo constituida en Medellín. En la primera mitad del siglo XIV el señorío de la villa fue ocupado por Juan Alfonso de Alburquerque, protegido de Pedro I de Castilla quien, sin embargo, le retiró más tarde la confianza llegando a destruir el castillo en 1354. A mediados del siglo XV Medellín comenzó a figurar como Condado siendo don Rodrigo Portocarrero su primer titular.
El conflicto dinástico entre Juana "La Beltraneja" e Isabel la Católica tuvo sus consecuencias en Medellín, pues la por entonces condesa, doña Beatriz de Pacheco, tomó partido por "La Beltraneja". Así, hasta el siglo XVI el castillo se fortaleció e incrementó sus defensas, ya que los monarcas procuraban mermar el poder de la nobleza que le era hostil, como sucedía con el linaje asentado en esta villa.
Medellín pasó definitivamente a la historia por ser la cuna de Hernán Cortés (nacido alrededor de 1485), conquistador del Imperio Azteca y precursor del estado mejicano. El siglo XVI también marcó la expansión urbanística hacia el llano, abandonando paulatinamente la ladera del castillo. En esta época se evidencia una recuperación económica puesta de manifiesto en la construcción de distintos edificios religiosos y civiles.
Otra fecha referencial en la historia de Medellín es el 28 de marzo de 1809. En la mañana de aquel día se libró una encarnizada batalla entre tropas francesas al mando del mariscal Victor y españolas bajo las órdenes del general García de la Cuesta. El desenlace fue negativo para el bando español, resultando una de las más severas derrotas sufridas en el transcurso de la Guerra de la Independencia. Como consecuencia, los franceses acamparon durante tres meses en la localidad, causando graves destrozos a su patrimonio monumental. Algo más de un siglo después, entre 1936 y 1938, Medellín volvió a ser frente de batalla durante la Guerra Civil.
Andando el tiempo llegaron las legiones romanas, asimilando la desarrollada estructura política y urbanística de Conisturgis. En virtud de ello se fundó Metellinum (79 a.C.), nombre asignado en honor a su promotor, el cónsul Quintus Caecilius Metello, general romano protagonista de las guerras sertorianas.
La presencia visigoda se hizo notar merced a la influencia irradiada desde Mérida, como lo prueban diversos restos epigráficos y la necrópolis hallada al sur de la actual población. Durante la dominación musulmana se mantuvo la importancia estratégica, levantándose la primera fortaleza conocida en Medellín.
En 1234, esta localidad se conquistó en el curso de las victoriosas campañas de Fernando III. El Maestre de la Orden de Alcántara y el Obispo de Plasencia fueron personajes destacados en las operaciones, razón por la cual Medellín se integró en la diócesis placentina mientras que la Orden de Alcántara recibió el territorio conquistado en la vecina comarca de La Serena. Otra consecuencia de aquellas campañas fue la delimitación de los territorios entre las Órdenes de Alcántara y Santiago, separados por la Comunidad de Villa y Tierra de Realengo constituida en Medellín. En la primera mitad del siglo XIV el señorío de la villa fue ocupado por Juan Alfonso de Alburquerque, protegido de Pedro I de Castilla quien, sin embargo, le retiró más tarde la confianza llegando a destruir el castillo en 1354. A mediados del siglo XV Medellín comenzó a figurar como Condado siendo don Rodrigo Portocarrero su primer titular.
El conflicto dinástico entre Juana "La Beltraneja" e Isabel la Católica tuvo sus consecuencias en Medellín, pues la por entonces condesa, doña Beatriz de Pacheco, tomó partido por "La Beltraneja". Así, hasta el siglo XVI el castillo se fortaleció e incrementó sus defensas, ya que los monarcas procuraban mermar el poder de la nobleza que le era hostil, como sucedía con el linaje asentado en esta villa.
Medellín pasó definitivamente a la historia por ser la cuna de Hernán Cortés (nacido alrededor de 1485), conquistador del Imperio Azteca y precursor del estado mejicano. El siglo XVI también marcó la expansión urbanística hacia el llano, abandonando paulatinamente la ladera del castillo. En esta época se evidencia una recuperación económica puesta de manifiesto en la construcción de distintos edificios religiosos y civiles.
Otra fecha referencial en la historia de Medellín es el 28 de marzo de 1809. En la mañana de aquel día se libró una encarnizada batalla entre tropas francesas al mando del mariscal Victor y españolas bajo las órdenes del general García de la Cuesta. El desenlace fue negativo para el bando español, resultando una de las más severas derrotas sufridas en el transcurso de la Guerra de la Independencia. Como consecuencia, los franceses acamparon durante tres meses en la localidad, causando graves destrozos a su patrimonio monumental. Algo más de un siglo después, entre 1936 y 1938, Medellín volvió a ser frente de batalla durante la Guerra Civil.
Patrimonio local.
Inicios.
El fondo histórico-artístico local comienza a enriquecerse con una necrópolis repleta de piezas de origen orientalizante, es decir, piezas importadas desde Grecia y el Próximo Oriente datadas entre los siglos VIII a.C. y V a.C. Un kylix ático, expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, representa lo más señero de este lote. Es posible hallar una réplica de tal pieza en el Centro Museográfico local.
Época romana.
La dominación romana somete al asentamiento llamado Conisturgis, de ascendiente céltico con influencias tartésicas, y reedifica en lo más elevado del cerro que domina la actual villa el campamento militar que después derivaría en una alcazaba durante la época almohade. Del tiempo de los romanos sobresale el espléndidamente conservado graderío del teatro romano (siglo I), el cual ha mostrado, una vez terminada su excavación, varias piezas escultóricas de soberbia factura, inhumadas durante siglos y actualmente expuestas en el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz. El centro de interpretación, ubicado a tan sólo unos metros de la escena teatral, alberga diversos ejemplos de fustes, basas y capiteles, aún bellamente recubiertos de estuco, que ofrecen indicios acerca de la monumentalidad que en su día debió exhibir el frente escénico. Además, en el subsuelo del citado centro de interpretación es posible apreciar algunos tramos de los muros que sirvieron de cimentación al templo pagano situado bajo la actual iglesia de Santiago.
·Visitables·
Edad Media - Visigodos.
De época visigoda cabe destacar el fantástico ajuar funerario hallado en la finca "El Turuñuelo", cuyo elemento más señero está representado por un medellón de oro en el cual se lee, en griego, una oración que invoca la protección de la Virgen María. El resto de las piezas, junto con la mencionada, reposan en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, pero es posible examinar una serie de láminas mostrando dicho ajuar en el sótano de la torre del homenaje del castillo.
Edad Media - Ocupación islámica.
La invasión musulmana dejó notar su presencia en Medellín en la cima del cerro del castillo, manteniendo activo el antiguo enclave romano. Hoy en día perviven pocos restos de aquel período: aislados lienzos de muralla tapial, restos de los muros de la antigua alcazaba tumbados bajo las almenas de la actual fortificación y un aljibe de dos naves recubiertas de pintura almagre (siglo XII) Puede visitarse en el castillo.
Edad Media - Castillo.
Monumento más representativo de Medellín (siglo XIV), su alargada silueta señorea sobre las tierras que un día formaron el condado que tenía sede en él. En la actualidad se presenta como un amplio espacio dividido en dos inmensos patios de armas separados por un robusto cortinal que une las dos principales torres del recinto. El interior de las mismas es fuertemente evocador: escaleras de caracol, recias chimeneas, estrechas troneras y asientos de piedra nos transportan a una época en que la vida nobiliar cedía comodidades a los quehaceres guerreros. El castillo alberga los restos de la que fuera primera parroquia del lugar (Santa María del Castillo) la cual, a modo de cripta, cobija una depósito acaso de época musulmana. Además, los vetustos muros protegen una gigantesca alberca, de obra discutida, y el pequeño pero elegante aljibe hispano-musulmán. La fortaleza exhibe además un pequeño museo con réplicas de los pertrechos guerreros usados en la conquista de América así como también una exposición de láminas acerca de los hallazgos en las cercanas necrópolis tartésica y visigoda.
·Visitable·
Edad Media/Renacimiento - Monumentos religiosos.
Con tres iglesias cuenta Medellín. Las dos más antiguas son de trazas tardorrománicas combinado interesantes detalles protogóticos y barrocos. La más reciente, de factura herreriana. Santiago y San Martín dan nombre a los dos primeros templos. Su gran encanto radica no sólo en sus formas sino también en su ubicación. Testigos de un tiempo en que la villa se asentó en la ladera a los pies del castillo, hoy ambas iglesias se alzan solitarias, encalladas en la quietud del tranquilo monte. Además, el hecho de que ya no alberguen culto no hace sino potenciar la sensación de romántico aislamiento.
Edad Moderna - Puente de los Austrias.
Esta magnífica obra de veinte ojos y cuatrocientos metros de longitud representa el tercer puente que el vado habría de conocer. El primero de aquéllos, de época romana, fue destruido por una riada anterior a 1525. Un segundo, de traza renacentista, vino a ser erigido en 1575, pero fue devastado a su vez por una nueva crecida del Guadiana en 1603. El puente que hoy se contempla data de 1630, como atestigua un interesante templete hacia la mitad de su trayecto. Con todo, todavía es posible distinguir en ambas orillas los restos de los dos puentes que le precedieron.
Edad Media/Edad Moderna - Otros monumentos.
De menor prestancia, Medellín también ofrece vestigios del patrimonio que luciera en otro tiempo y que actualmente casi ha desaparecido. No obstante, merced a ese débil eco, quizás estos humildes restos sean de igual interés para el turista curioso y de imaginación activa.
Muralla romana.
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Muralla árabe (almohade)
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Muralla cristiana.
Tercer recinto amurallado, ampliando y reforzando el romano y el árabe - S. XIV - Molino junto al
Río Guadiana - S. XVII - |
Edad Contemporánea.
Corazón, símbolo y seña del moderno Medellín, la espaciosa Plaza de Hernán Cortés aloja el ayuntamiento, de robusto estilo neoclásico, y la soberbia estatua del conquistador del Imperio Azteca. No conviene dejar de visitar este lugar y reflexionar ante la efigie del más ilustre metelinense acerca de la colosal gesta de aquellos pioneros que tendieron el primer puente entre el Viejo y el Nuevo mundo.
Finalmente, merece la pena aproximarse a la céntrica Calle Colombia y admirar varias mansiones de finales del siglo XIX, las cuales, alineadas, desembocan en la Plaza de España donde se ubica una casa-palacio fechada en el siglo XVII, tradicional emplazamiento del ayuntamiento hasta la década de 1950.
Finalmente, merece la pena aproximarse a la céntrica Calle Colombia y admirar varias mansiones de finales del siglo XIX, las cuales, alineadas, desembocan en la Plaza de España donde se ubica una casa-palacio fechada en el siglo XVII, tradicional emplazamiento del ayuntamiento hasta la década de 1950.
Texto: Ismael Martínez Moreno.